mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación” (Juan 5:28, 29); “Es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo” (2 Corintios 5:10). El Señor Jesucristo afirmó esto de la forma más vívida en su parábola de las ovejas y los cabritos. Los pastores orientales tienen ambos animales en sus rebaños, pero llega el momento cuando tienen que separarlos. Él anunció que vendría en su gloria, y reuniría a todas las naciones delante de sí: “Y apartará los unos de los otros,
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